Cualquier estudiante de cuarto curso de Medicina —y no digamos cualquier médico residente— sabe que una trombosis de seno transverso derecho puede provocar una hemorragia subaracnoidea y derivar en una parálisis cerebral, síndrome que a los pocos días de nacer sufrió Laia, la hija de los autores de Una posibilidad entre mil1. Pero dudo mucho que alcancen a imaginar la incertidumbre, la desolación, el sufrimiento y el miedo de unos padres primerizos ante un diagnóstico como este.
Alejada de cualquier consideración plañidera, con un claro tono positivo y a través de una hermosa, tierna y, en ocasiones, impactante elaboración narrativa y, sobre todo, gráfica, la obra relata las vivencias de una familia ante un diagnóstico médico que supone el afrontamiento de situaciones dolorosas, cuando no dramáticas, abruptos cambios en su vida cotidiana y el proceso de la adaptación paulatina de los protagonistas a la nueva situación.
La parálisis cerebral, como queda perfectamente reflejado en la novela, no es un tema exclusivamente médico. Implica, además de a pediatras, hematólogos, neurólogos, también a profesionales muy diversos como psicólogos, fisioterapeutas y logopedas. El peregrinaje a centros de salud de unos padres cuya hija padece una parálisis cerebral es, por tanto, interminable a la par que agotador.
La actitud que adopten los profesionales sanitarios cobra, especialmente en estos casos, una importancia singular. Reproduzco aquí la observación que Cristina Durán, madre de Laia y dibujante de la novela, hizo sobre el hematólogo que atendió a la niña: «[…] El Dr. Rafa Fernández-Delgado nos ha causado una buenísima impresión. Es de esos médicos con los que empatizas. Venir a verle nos carga de energía».2
Sin embargo, la falta de empatía, de asertividad o el uso de una retahíla de términos médicos incomprensibles para el no especialista no consiguen sino agravar más una situación ya de por sí abrumadora, como se observa en algunos episodios de Una posibilidad entre mil, novela gráfica cuya lectura recomiendo a cualquier estudiante de Medicina o facultativo que aspire a un ejercicio más humano y, por ende, más eficaz de la profesión.
Blanca Mayor Serrano
[1] Cristina Durán y Miguel A. Giner Bou. Una posibilidad entre mil. Madrid: Ediciones Sins Entido, 2011.
[2] Ob. cit., pág. 78.